La mayor parte de las alteraciones humanas esconden algún tipo de auto-exigencia. Toda persona tiene capacidad para cambiarse a sí misma.
- Albert Ellis, siglo XX.
La TREC se basa en la idea fundamental de que las emociones y las conductas tienen su origen en procesos cognitivos, y en que es posible para el ser humano modificar estos procesos para lograr diferentes maneras de sentir y comportarse.
La mayoría de las emociones y conductas humanas son consecuencia de lo que las personas piensan, creen o asumen.
La premisa básica de le TREC es que la mayoría de las emociones y conductas humanas son consecuencia de lo que las personas piensan, creen o asumen (acerca de sí mismos, de otras personas o del mundo en general). No son las demás personas o las situaciones las que determinan cómo nos sentimos y cómo actuamos, sino lo que creemos y pensamos de tales contextos, relaciones y situaciones.
La TREC, al igual que la mayoría de las Terapias Cognitivo Conductuales, asume que el aspecto biológico de la persona también afecta a sus emociones y conductas. Igualmente, juegan un papel relevante los eventos y circunstancias afrontados por la persona durante su vida.
Solemos creer que la situación A produce la emoción C.
Creemos que la causa de C es A, pero las cosas no son tan simples. Realmente, lo que ocurre es lo siguiente:
Veamos un ejemplo que nos ayude a conceptualizar esta explicación:
- SUCESO: Mi pareja me ha dejado.
- PENS. NEGATIVO / ESQUEMA: Ha sido por mi culpa, soy un fracasado. No valgo como pareja, soy un inútil.
- EMOCIÓN / CONDUCTA: Me siento furioso e indignado. Bebo alcohol.
Podemos observar cómo la mayoría de las creencias son automáticas y la persona no es consciente de las mismas, son normas subyacentes de cómo deben ser los demás, la vida y el mundo. Con práctica terapéutica, las personas pueden aprender a desvelar estas creencias inconscientes para su debate y modificación.