Miedo al Fracaso y a ser Inferior.

¿Fracasar? ¿Ser inferior? ¿Quedar por detrás? ¿Con respecto a qué? Las redes sociales reflejan el miedo cada vez más extendido, sobre todo en la población adolescente y juvenil, a no poder hacer lo que las demás personas hacenno tener el éxito o bienes materiales que poseen o logran los demás. Por ejemplo, compararse negativamente con otros cuyas circunstancias personales les permitieron disfrutar del concierto de Katy Perry o Maroon 5, o con aquellos que pudieron matricularse en la Universidad privada de moda, o con los que disfrutan de las prestaciones del Smartphone de gama alta; la lista de auto-exigencias es muy extensa.

El miedo al fracaso se pone especialmente de manifiesto en jóvenes con gran actividad en las redes sociales, y esto puede ser debido a que permanecen mucho tiempo leyendo e interesándose por la vida de los demás.

El sentimiento de miedo al fracaso, a ser inferior o quedar por detrás de los demás, se pone especialmente de manifiesto en jóvenes con gran actividad en las redes sociales, y esto puede ser debido a que permanecen mucho tiempo leyendo e interesándose por la vida de los demás. Visita Facebook, y podrás comprobar las caras de tus amigos con grandes sonrisas de satisfacción; lee sus mensajes y podrás comprobar las descripciones que realizan de sus increíbles aventuras vacacionales y actividades de fin de semana. Amigos y conocidos, te darás cuenta de lo bien que les va a todos, pero ¿y a ti? Bueno, a ti no tanto.

Los adolescentes con estos sentimientos se muestran ansiosos si no están al día sobre un trending topic del que todo el mundo habla, y por ser los últimos en enterarse de aquello que se ha puesto de moda. También, de no haber acudido a algún evento del que todos fueron partícipes, o bien de no haber recibido un centenar de “Me gusta” y tener que conformarse con la mísera cantidad de 16.

Muchos adolescentes se sienten ansiosos por no haber acudido a algún evento del que todos fueron partícipes, o bien de no haber recibido un centenar de “Me gusta” y tener que conformarse con la mísera cantidad de 16.

En las redes sociales se hace alarde de lo que se hace, de los lugares y las personas con las que se hace, y los comentarios se llenan de signos de exclamación ¡¡!! Con tanta presión social no es de extrañar que los jóvenes y adolescentes tengan que ir comprobando lo que se cuece cada dos minutos, para asegurarse de que no se están perdiendo algo “importante”.

Aunque los adultos pueden reconocer esas falsas necesidades que se generan algunos jóvenes y adolescentes, en ocasiones, aquellos, fomentan y mantienen el problema en estos, como proyección de sus propias debilidades.

¿Tengo que asistir al concierto de moda, al partido de fútbol del campeón de liga, o al musical más caro, ya que de lo contrario no sería capaz de soportar habérmelo perdido si todo el mundo asiste? ¿Tengo que ir incluso aunque por su precio no me lo pueda permitir, y decida pedir dinero prestado e incluso endeudarme?

¿Sientes que te has perdido una experiencia increíble cuando ves a tus amigos posando delante de la Torre Eiffel? ¿O cuando les ves en sus fotos subidos en el avión rumbo al Caribe? ¿O al leer los comentarios sobre la actividad de buceo que realizaron en las Islas Caimán?

¿Te sientes mal contigo mismo por no haber realizado esas actividades a pesar de que disfrutaste plenamente de tus vacaciones visitando amigos en un pueblo de provincia?

¿Compruebas tus notificaciones en los medios sociales con tanta frecuencia que tu cónyuge (o incluso tus hijos) se queja de que no estás escuchando? ¿Respondes a la defensiva, diciendo: "Estoy escuchando", a pesar de que tus ojos todavía están pegados al teléfono? Si es así, es el momento de plantearse un cambio, quizás ellos lleven razón, no se puede prestar atención plenamente cuando ésta se divide.

Si tu miedo a ser inferior es alto, es probable que se extienda a la psique de tus hijos. Un niño de 14 años de edad, con el que trabajé como paciente era terriblemente infeliz consigo mismo.

- "¿Por qué?", ​​Le pregunté.

- "Porque no siempre obtengo las mejores calificaciones", respondió.

- "¿Por qué es tan importante obtener las mejores calificaciones?", pregunté.

- "Si no lo hago, no voy a poder entrar en la universidad que quiero", respondió.

- "¿Y si no entras en la universidad que tú quieres, qué ocurre?"

"Entonces," con lágrimas en los ojos, él respondió: "Voy a perder la oportunidad de tener los mejores maestros, los mejores puestos de trabajo, los mejores amigos."

¡Guauu!¡Qué presión y exigencias tan grandes se han instaurado en este niño! Auto-exigencias que, sin duda, le impiden rendir como él desea.