¿Por qué mujeres formadas e inteligentes, incluso con estudios universitarios, consienten permanecer en una relación tan destructiva con una pareja maltratadora, o con perfil de personalidad psicopático?
¿Por qué las víctimas de malos tratos siguen con sus agresores?
Esta cuestión es muy habitual en el imaginario de buena parte de la sociedad. ¿Por qué mujeres formadas e inteligentes, incluso con estudios universitarios, consienten permanecer en una relación tan destructiva con una pareja maltratadora, o con perfil de personalidad psicopático?
El perfil del dependiente emocional, que no trastorno de personalidad por dependencia, se corresponde con el de personas autónomas en su vida diaria que, en muchas ocasiones, han luchado por conseguir una carrera profesional y un proyecto familiar, pero que se ven atrapados en su relación de pareja por carencias afectivas importantes.
El dependiente emocional es una persona autónoma en su vida diaria que, en muchas ocasiones, ha luchado por conseguir una carrera profesional y un proyecto familiar, pero que se ve atrapado en su relación de pareja por carencias afectivas importantes.
Por otro lado, también existe una serie de factores no menos importantes que contribuyen en el mantenimiento de una relación de dependencia:
- Dependencia económica y social de la mujer respecto al varón.
- Las expectativas ingenuas de una remisión espontánea de la violencia.
- La ausencia (o escasez en el mejor de los casos) de apoyo social, el miedo y la vergüenza social que sufre la víctima.
La presión psicológica que ejerce el agresor (que es muy consciente de todos estos factores) explicaría que las víctimas tarden incluso años en buscar ayuda profesional.
El cerebro distorsiona, no quiere creer.
La negación: una distorsión que hace que no vea que vive es una situación de maltrato… “un bofetón no es maltrato” , “¡Mi pareja no es maltratador, sólo se pone nervioso!“
La minimización del problema: una estrategia cognitiva a la que recurre para restar importancia a la situación y que consiste en hacer como si la situación de maltrato sufrida fuese algo sin importancia “Sólo me ha empujado“, “El móvil no lo tiró, se le cayó“.
El autoengaño: que se manifiesta no asumiendo el rol de víctima y considerando que su situación es diferente a otras situaciones, por ejemplo, aquellas de las que ha oído hablar en los medios de comunicación.
La atención selectiva a los aspectos positivos de su pareja “Con los niños es muy cariñoso“, “Me ha traído flores, para pedirme perdón“.
La justificación de la conducta violenta: una distorsión con la que resta intencionalidad al acto o pasa a considerarlo como algo normal, propio de los altibajos de la convivencia en pareja “Él no quiere pegarme“, “No se controla“, “Cuando pierde los nervios…“.